Ah!, una cosita más

la vinatería Yáñez nos recuerda que el vino es una cultura para compartir y disfrutar.

Un consumo comedido y responsable de aguardientes y licores es fundamental.

Cultura si, excesos no.

LA VINATERÍA YAÑEZ. Nuestra compañía desde 1953 amamos el vino

Este es un espacio colectivo que busca hablar de Vino, de gastronomía , de amigos. La vinateria Yáñez edita esta revista en papel desde 1986 y ahora disfrutamos de compartir esta experiencia internaútica con ustedes. Este espacio está abierto a colaboradores, profesionales y aficionados que deseen exponer sus opiniones en torno al vino, a la gastronomía, a los viajes, a la cultura.
El magacine de la Vinatería Yáñez
Ciriaco Yáñez editor

Beatriz Fraj

http://www.vinateriayanez.com/
madre sacramento 11.50004. Zaragoza.España
telf.(0034)976214855

CANAL VINO

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El magacine de la Vinateria Yáñez
Desde 1953 en la calle madre sacramento de Zaragoza
50004.España
976214855. info@vinateriayanez.com

Nuestra tiendecita La Vinatería Yáñez

Nuestra tiendecita La Vinatería Yáñez
En madre sacramento 11 de Zaragoza

miércoles, 5 de diciembre de 2007

una esperiencia erótica





Erótica
Ciríaco Yáñez
Artículo original publicado en «Heraldo de Aragón».
En aquella mesa una pareja, ni joven ni vieja, miradas de cansancio, de hastío, ni el odio ni la pasión les anima.
Ceden la comanda a la iniciativa del sumiller, quien perplejo ante la situación retrocede hasta su cubil; en él reflexiona. ¿Quien no ha pasado una amarga velada producto de pequeñas desavenencias y malos entendidos?
Restablecido su ánimo, acomete la tarea con la mejor intención, va ha procurar levantar el ánimo con la complicidad de los ingredientes mágicos: mandrágora, cilandro, alcaravea, cantárida y jengibre obrarán el hechizo. El primer paso es propiciar el diálogo con un cálido ambiente y un esmerado servicio.
Un fino de Lustau que acompaña al pequeño aperitivo, de trufa negra sobre un manto de ibérico, anuncia la aldehala; la pareja, ya puesta sobre aviso, se muestra más receptiva, los aromas desprendidos reclaman su atención.
Aprovechando la oportunidad se presenta con unas ostras "fines de claire" en ensalada de milamores con una copa de Roderer Cristal; la precepción del vinagre de limón a la miel, las ostras y la complejidad del champagne continúan la labor que comenzó la trufa.
Se cruzan miradas de complicidad y se ríen los sobreentendidos. La duda le atormenta... ¿Se arriesga? Al fin se decide y sirve unos riñones de cordero con canela, menta, jengibre y un Mauro 92.
Al volver con el postre, una mousse de vainilla con frutas tropicales y un Tokay Oremus, descubre que la pareja se ha ausentado; sobre el mantel, el importe cumplido de la cena, amén de una suculenta propina. Maravillas de la cocina erótica.
Al día siguiente volvió, esta vez con su esposa, para ver si se producía un segundo milagro.

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