Los patrones del restaurante Atrio, de Cáceres, Toño Pérez y José Polo, adquirieron tan excepcional botella en una subasta en Londres por la nada despreciable cifra de 110.000 euros. Más de 21 millones de las antiguas pesetas.
La más curioso de este historia es que Toño Pérez y José Polo, los dueños de El Atrio, el restaurante cacereño donde se vende, no muestren un interés especial en deshacerse de este raro vino cuyo precio se ha disparado porque se rompió la botella antes de que pudiera ser ofrecida a sus clientes habituales.
La historia de este suceso cuenta que al ser colocada en una estantería del propio restaurante y debido a un mal gesto, esta se rompio quebrándose por la parte del cuello. Gracias a que la botella estaba protegida por un papel aislante su contenido no llego a derramarse.
Sus propietarios y dueños Toño y José, sintieron el momento con palidez aunque con la suerte de reaccionar para contactar con la Bodega a la que explicar el trágico suceso en busca de la manera y del mejor consejo para encontrar un remedio.
Tras esta llamada desesperada el propio conde Alexandre Lur Saluces, quién dirige Château d´Yquem, les explico la forma adecuada y las instrucciones para reaccionar de la forma más adecuada, sugeriendo colocar la botella tal cual en un frigorífico y trasladarla a la bodega lo antes posible.
Toño y José, partieron sin perder tiempo rumbo a la bodega en un viaje acelerado sin pausa con la botella de Château D’Yquem como si de un herido grave se tratara en busca de la atención para salvar su vida.
Llegados a su destino, la crónica cuenta que la misma Jefa de enólogos de la bodega procedió a la cata del vino para emitir un veredicto sobre su estado y cualidades. Después el "líquido dorado" fue trasvasado a una botella de principios del Siglo XIX.
Después de esta curiosa historia sus propietarios que siempre han tratado sus vinos con especial mimo y cuidados exponen esta vaiosa joya universal del mejor vino blanco del mundo, el Château d´Yquem que además es excepcional, probablemente único en su venerable edad.
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