Roger Viusà, el joven sumiller del Moo (Hotel Omm) de Barcelona y pupilo aventajado de Pitu Roca en Can Roca, ha ganado el primer campeonato europeo de sumilleres profesionales organizado en el Hotel London Hilton on Park Lane Hotel por la Worldwide Sommelier Association (WSI). Juan Muñoz, proclamado mejor sumiller de Europa comunicador del vino y la cocina, completa un inesperado doblete para España. Este concurso es el primer resultado tangible de la escisión producida en el seno de la sumillería de Italia y de la creación en ese país de una nueva organización, promotora a su vez de la WSI.
Hasta ahora se había considerado como campeón europeo al vencedor del Trofeo Ruinart, con lo que –como en el boxeo– a partir de ahora nos podemos encontrar con una dualidad o multiplicidad de títulos en sumillería. Las pruebas de Londres incluían la corrección de una carta de vinos, varias sesiones de cata, la armonizac ión de platos y vinos y exámenes prácticos de servicio del vino. Viusà tuvo que superar pruebas tan difíciles como identificar un vermut que, al haberse servido a temperatura ambiente, se parecía mucho a una ratafía. Luego tuvo que corregir una carta errónea en la que figuraban champanes y vinos de reserva con las añadas equivocadas. El camino hacia el triunfo en el concurso europeo estuvo lleno de trampas, pero, finalmente, Viusà se impuso a la férrea oposición de sus rivales, dos italianos que, además de poderosas narices, tenían sólidos conocimientos sobre el mundo del vino y de los destilados. Finalmente, Andrea Gori (Da Burde, en Florencia) quedó segundo y Gabriele Rappo (Selfridge's, Londres), tercero. Viusà no era un debutante: en noviembre se había impuesto en el campeonato de España organizado por la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres.
Hasta ahora se había considerado como campeón europeo al vencedor del Trofeo Ruinart, con lo que –como en el boxeo– a partir de ahora nos podemos encontrar con una dualidad o multiplicidad de títulos en sumillería. Las pruebas de Londres incluían la corrección de una carta de vinos, varias sesiones de cata, la armonizac ión de platos y vinos y exámenes prácticos de servicio del vino. Viusà tuvo que superar pruebas tan difíciles como identificar un vermut que, al haberse servido a temperatura ambiente, se parecía mucho a una ratafía. Luego tuvo que corregir una carta errónea en la que figuraban champanes y vinos de reserva con las añadas equivocadas. El camino hacia el triunfo en el concurso europeo estuvo lleno de trampas, pero, finalmente, Viusà se impuso a la férrea oposición de sus rivales, dos italianos que, además de poderosas narices, tenían sólidos conocimientos sobre el mundo del vino y de los destilados. Finalmente, Andrea Gori (Da Burde, en Florencia) quedó segundo y Gabriele Rappo (Selfridge's, Londres), tercero. Viusà no era un debutante: en noviembre se había impuesto en el campeonato de España organizado por la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres.
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