Albariño, variedad mítica de Galicia que proporciona unos vinos aromáticos y untuosos. Sus aromas son frutales muy variados. De grano muy pequeño y muy dulce. Esta uva posee una gran capacidad de producción de azúcares, que en los buenos años puede alcanzar los 13% vol. de alcohol. También mantiene una riqueza en ácidos que muy pocas variedades consiguen en todo el mundo, unida a una riqueza en componentes aromáticos y sápidos que hace estos vinos muy identificables
El Albariño ha viajado a lo largo y ancho del mundo y allí donde ha estado siempre ha hablado bien de Galicia. Su aroma punzante, floral y afrutado ha ido haciéndose hueco en todos los lugares, hasta llegar a convertirse en un caldo imprescindible a la hora de hablar de vinos. El vino Albariño es el heredero de una larga tradición a la que nadie ha sido capaz de poner fecha de inicio.
La Denominación de Origen "Rías Baixas" hace referencia y delimita geográficamente la región en donde se cultiva la mítica uva que da origen al vino blanco gallego de más prestigio: El Albariño. Cinco comarcas de la provincia de Pontevedra (el Valle del Salnés, O Rosal, el Condado del Tea, Soutomaior y el Val do Ulla) son los únicos productores de estos vinos que, desde 1988, están integrados en la Denominación de Origen Rías Baixas.
Tiempo atrás fueron personajes de la talla de Cunqueiro y Castroviejo los que apadrinaron, comenzando por reuniones de amigos amantes de la mesa gallega, la fama de estos vinos blancos. Hoy en día los vinos Albariños viajan más allá de nuestras fronteras de la mano de las grandes bodegas que colocan sus producciones en mercados internacionales, obteniendo así un reconocimiento de sobra merecido. Pero es también de recibo reconocer que parte de esa fama se debe al trabajo realizado por los pequeños y medianos bodegueros. Estos productores elaboran un Vino de Autor que basa su principal reclamo en la calidad y la elaboración mimada desde que se planta la cepa hasta que se recoge la uva y se introduce seleccionada en la bodega. La producción de estas bodegas, minoritaria por razones de capacidad, es la complementación perfecta a la cocina gallega ennoblecida, que necesita del toque personal de los vinos que se elaboran a partir de la sabiduría que cada generación deja como herencia a sus sucesores. Con todo ello, hay que reconocer que Galicia sabe sacar el máximo rendimiento a los frutos de su tierra. Muestra de ello es que el Albariño ha sido reconocido en muchos lugares como el "Vino Universal
El Albariño ha viajado a lo largo y ancho del mundo y allí donde ha estado siempre ha hablado bien de Galicia. Su aroma punzante, floral y afrutado ha ido haciéndose hueco en todos los lugares, hasta llegar a convertirse en un caldo imprescindible a la hora de hablar de vinos. El vino Albariño es el heredero de una larga tradición a la que nadie ha sido capaz de poner fecha de inicio.
La Denominación de Origen "Rías Baixas" hace referencia y delimita geográficamente la región en donde se cultiva la mítica uva que da origen al vino blanco gallego de más prestigio: El Albariño. Cinco comarcas de la provincia de Pontevedra (el Valle del Salnés, O Rosal, el Condado del Tea, Soutomaior y el Val do Ulla) son los únicos productores de estos vinos que, desde 1988, están integrados en la Denominación de Origen Rías Baixas.
Tiempo atrás fueron personajes de la talla de Cunqueiro y Castroviejo los que apadrinaron, comenzando por reuniones de amigos amantes de la mesa gallega, la fama de estos vinos blancos. Hoy en día los vinos Albariños viajan más allá de nuestras fronteras de la mano de las grandes bodegas que colocan sus producciones en mercados internacionales, obteniendo así un reconocimiento de sobra merecido. Pero es también de recibo reconocer que parte de esa fama se debe al trabajo realizado por los pequeños y medianos bodegueros. Estos productores elaboran un Vino de Autor que basa su principal reclamo en la calidad y la elaboración mimada desde que se planta la cepa hasta que se recoge la uva y se introduce seleccionada en la bodega. La producción de estas bodegas, minoritaria por razones de capacidad, es la complementación perfecta a la cocina gallega ennoblecida, que necesita del toque personal de los vinos que se elaboran a partir de la sabiduría que cada generación deja como herencia a sus sucesores. Con todo ello, hay que reconocer que Galicia sabe sacar el máximo rendimiento a los frutos de su tierra. Muestra de ello es que el Albariño ha sido reconocido en muchos lugares como el "Vino Universal
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