El consumidor europeo ha pasado a ser durante estos años, más exigente, más selectivo, más observandor de la calidad además de curioso sobre los vinos de otras regiones. En Francia, el consumo medio disminuyó de alrededor de un 10% en el periodo entre 2000 a 2005.
En julio de 2004, el Ministro de Agricultura Hervé Gaymard lanzó la reforma de sector vitivinícola francesa recibiendo a los representantes de las organizaciones profesionales que formaran en el consejo del Onivins (Oficina nacional interprofesional de los vinos). Se trataba de salir de una de las mayores crisis que el sector haya conocido de su más grave historia (que seguía siendo la crisis filoxérica que vio desaparecer algunos viñedos enteros), ya que no había región que no escapara a la caída dramática de las ventas y a las quiebras en número.
Tres causas fueron las responsables de la situación actual, una reducción constante del consumo a niveles mundiales y nacionales (Francia que siguen siendo el primer país consumidor del mundo), la competencia de los vinos extranjeros, reforzada por un euro demasiado fuerte, sino que también una complejidad extrema de la producción francesa y su insuficiencia a la hora de enfrentarse a los mercados extranjeros. Para memoria, basta recordar que hay alrededor de 160 vinos del país y 450 AOC. El peor puede codear con el mejor y los consumidores décontenancés delante de las etiquetas de los vinos franceses y su clasificación entre los vinos de mesa, las tres denominaciones de Vin de pays (departamental, de zona y regional, en la que hay grandes zonas que se superponen con las pequeñas, por ejemplo: vinos de país de occitania o los vinos de país de Portes de Méditerranée), los AOVDQS , los AOC y las vendimias.
En julio de 2004, el Ministro de Agricultura Hervé Gaymard lanzó la reforma de sector vitivinícola francesa recibiendo a los representantes de las organizaciones profesionales que formaran en el consejo del Onivins (Oficina nacional interprofesional de los vinos). Se trataba de salir de una de las mayores crisis que el sector haya conocido de su más grave historia (que seguía siendo la crisis filoxérica que vio desaparecer algunos viñedos enteros), ya que no había región que no escapara a la caída dramática de las ventas y a las quiebras en número.
Tres causas fueron las responsables de la situación actual, una reducción constante del consumo a niveles mundiales y nacionales (Francia que siguen siendo el primer país consumidor del mundo), la competencia de los vinos extranjeros, reforzada por un euro demasiado fuerte, sino que también una complejidad extrema de la producción francesa y su insuficiencia a la hora de enfrentarse a los mercados extranjeros. Para memoria, basta recordar que hay alrededor de 160 vinos del país y 450 AOC. El peor puede codear con el mejor y los consumidores décontenancés delante de las etiquetas de los vinos franceses y su clasificación entre los vinos de mesa, las tres denominaciones de Vin de pays (departamental, de zona y regional, en la que hay grandes zonas que se superponen con las pequeñas, por ejemplo: vinos de país de occitania o los vinos de país de Portes de Méditerranée), los AOVDQS , los AOC y las vendimias.
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