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Nuestra tiendecita La Vinatería Yáñez

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viernes, 27 de junio de 2008

alicia en NAvarra



Alicia Eyaralar, defensora de la calidad de los tintos de Navarra
La tierra asturiana también es cuna de grandes enólogos. Alicia Eyaralar es buena prueba de ello. Ovetense formada en la D.O. Penedés, tras un breve paso por el Bierzo, donde descubre la variedad Mencía, es en Navarra donde desarrolla todo su potencial. En la actualidad, es el corazón de ‘Ars Nova’ y ‘Ars Mácula’, los dos vinos tintos de la Compañía Vitivinícola Tandem. Uno de sus objetivos: conseguir que los tintos de la D.O. Navarra obtengan el mismo respeto que los rosados.
Alicia Eyaralar se introdujo en el mundo del vino de una manera casual. Después de terminar Biológicas en Oviedo, en 1988, decide ir a Barcelona a estudiar Enología, contagiada por el entusiasmo con que la convence una amiga. Allí hará prácticas en uno de los gigantes de la
D.O. Penedès: Jaume Serra.
Sin embargo, su primer trabajo como enóloga profesional no será en una bodega de esas dimensiones, sino “en una pequeña bodega de Villafranca del Bierzo donde se elaboraba el vino de forma rudimentaria. Allí aprendí mucho durante las dos vendimias que estuve y entré en contacto con una variedad muy especial, la
Mencía”, explica Eyaralar. Se trataba de Valdeobispo, amparada por la D.O. Bierzo, donde firmó alguno de los vinos que, con el paso de los años, han sido descritos por algunos como los primeros vinos modernos del Bierzo.
En 1991 Alicia Eyaralar aterriza, de las manos de Bodegas Palacio de la Vega, en la
D.O. Navarra. “Fueron siete años muy bonitos, confiaron mucho en mí y allí fui consciente de la calidad de los tintos de Navarra”, recuerda. Además, aquí se va a producir un encuentro crucial de cara al futuro ya que fue allí donde conoció al economista pamplonés José María Fraile, quien en 2001, le planteó el proyecto Tandem.
“José María me propuso montar una bodega junto con un reducido grupo de familiares y amigos y un socio viticultor, Pedro Lizarraga. Elegimos el nombre de Tandem porque somos dos socios promotores pero sobre todo porque en latín significa ‘por fin’. Por fin…cumplimos nuestro sueño de tener bodega propia”, evoca emocionada Alicia.
Fue así como nació la Compañía Vitivinícola Tandem en 2003. Al frente de la gerencia se situaba José María Fraile y como enóloga, Alicia Eyaralar que para esa fecha ya contaba con una experiencia de 14 vendimias. “Nos impulsó la pasión que tenemos por el mundo del vino, la ilusión de crear un proyecto propio y unos vinos tintos singulares y la potencialidad de un terruño como el de
Navarra con una variedad de tipos de relieve que da lugar a numerosos microclimas, que afectan directamente en el carácter de los viñedos a los que proporcionan una característica fundamental: la diversidad”, manifiesta Alicia.
Además, un segundo objetivo rondaba la cabeza de Eyaralar: “Hay un tópico muy arraigado que identifica Navarra con los vinos rosados, de hecho estos vinos tienen una excelente imagen, pero en Navarra se pueden elaborar magníficos tintos. Nosotros estamos luchando para que los tintos obtengan el mismo respeto y reconocimiento que los rosados. Nuestra misión es hacer con nuestro trabajo y dedicación los mejores vinos que seamos capaces de hacer, referentes de la calidad en la D.O. Navarra”.

Para satisfacer estas metas cuentan con 22 hectáreas de Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Merlot; viñedo de unos 20 años de edad situado en la zona más al noroeste de la D.O. Navarra, en el valle del Yerri, protegido por las sierras de Urbasa y Andía. En esta zona, se combinan un suelo franco arcilloso, un microclima favorable dentro de un clima continental severo y frío, una buena pluviometría y una altitud de 600 metros, lo que permite obtener una fruta muy sana.
“Nuestra filosofía es simple, para hacer grandes vinos necesitamos obtener la mejor uva posible. Por eso concentramos nuestros esfuerzos durante todo el año en la viña: la poda, la conducción, la poda en verde que sea necesaria. Eso sí, la viña no tiene irrigación, de esta forma conseguimos una expresión mayor del terruño”, explica Alicia quien hace hincapié en que el clima frío del valle del Yerri provoca que la maduración de la uva sea lenta lo cual les permite elaborar vinos tintos con un estilo propio debido a su frescura, equilibrio y buena acidez. Vinos a los que llaman ‘de montaña’ porque son capaces de atrapar la caliza, la piedra, el bosque y las hierbas aromáticas del terreno.
Una vez que se obtiene una fruta de calidad Alicia trabaja con ella de la manera más natural. La bodega es un edificio funcional y contemporáneo de hormigón, para que, de forma natural, se mantenga la temperatura óptima para la elaboración y crianza. En ella se opera mediante gravedad, no se utilizan bombas de remontado sino que se emplea el sistema del bazuqueo (término heredado por Eyaralar del Bierzo) ó inmersión del sombrero para extraer todo el potencial del mosto de forma suave y lenta. De hormigón son también los depósitos en los que reposan los vinos antes de comenzar su crianza en barricas de roble francés de 300 litros que renuevan cada tres ó cuatro años.
“El hormigón presenta unas condiciones de guarda impecables y nos permite obtener de manera natural vinos estables”, aclara la enóloga para seguir defendiendo que, en pos de la tan preservada naturalidad, sus vinos tampoco están clarificados, ni estabilizados en frío y que solamente les hacen un suave mínimo filtrado antes de su embotellado. “Con el vino hay que dar pocos pasos y bien dados, porque cada operación a la que lo sometes acarrea pérdidas, te vas dejando aromas. Además, hay que tratarlo con cuidado, mimarlo, porque está vivo”, justifica Alicia Eyaralar.
Los frutos de todos estos desvelos son dos tintos: ‘Ars Nova’ y ‘Ars Mácula’. Tanto latinismo puede sorprender, pero en esta bodega todo tiene su porqué. Ars Nova significa en latín Arte Nuevo, y es un término utilizado para designar a un movimiento musical del siglo XIV considerado como el nacimiento de la polifonía, lo cual se ha comparado con la llegada de la perspectiva a la pintura, que sucedió en la misma época. Esa es la filosofía de ‘Ars Nova’ nuevos aires.

Para Alicia Eyaralar este vino, elaborado con Tempranillo, Merlot y Cabernet Sauvignon y que ha envejecido 7 meses en roble francés, simboliza “una ruptura con el estilo tradicional del vino. Es un vino que no te deja indiferente, que te invita a seguir bebiendo, a ir descubriendo sensaciones nuevas. Es un vino que cambia en la copa, se abre en nariz, te aparecen nuevos matices. Una delicia”.
Por su parte, ‘Ars Mácula’ no es ninguna “mancha” (el significado del término latino) en el expediente de la enóloga, sino todo lo contrario, ya que en la bodega ‘mácula’ representa el recuerdo, las sensaciones imborrables. Además, la mácula es la pequeña parte central de la retina que nos permite ver con claridad.
La enóloga califica a este vino, un ensamblaje de Cabernet Sauvignon y Merlot envejecido 13 meses en barricas de roble francés, como “más serio y más potente” que su hermano, mientras que de ambos afirma: “Nuestros vinos ganan mucho en botella, con el paso del tiempo, son vinos muy sanos pero se muestran tímidos, tardan en abrirse, en dar la cara, pero cuando lo hacen conquistan a los que los prueban”.
Los porcentajes de los coupages de los dos vinos varían según el año. “El vino está vivo, evolucionando continuamente y tienes que tener la libertad de poder manejarlo y elaborarlo. Yo llevo 18 vendimias elaborando y ninguna ha sido igual aunque siempre he intentado respetar dos directrices: seguir mi propio estilo y escuchar las voces del mercado” asevera.
Las cifras de comercialización de la bodega dan fe del buen oído de la enóloga y del saber hacer de José María Fraile. Pese a su juventud, la
Compañía Vitivinícola Tandem posee una compleja y desarrollada red de distribución, a través de la cual comercializa sus dos vinos al mercado nacional (al que se dirige entre el 35% y el 40% de su producción) y, fundamentalmente, al extranjero (entre el 60% y el 65%). Sus principales clientes son Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Austria, Suiza, EE.UU., China, Filipinas y Malasia.
De cara al futuro, Alicia Eyaralar no descarta la posibilidad de lanzar una nueva marca “pero sobre todo, mi principal propósito es mejorar cada año lo que tengo, superar los retos que me plantea cada vendimia y ser capaz de transmitir a la gente la manera de entender nuestros vinos, de hacer que los sientan y sientan esta tierra, todo desde el máximo respeto al Vino, con mayúsculas, que es el verdadero maestro”.

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