Rafael Palacios siempre ha estado más a gusto elaborando vinos blancos, ya lo demostró hace una década en la bodega familiar situada en la Rioja con ‘Placet’, un monovarietal de Viura. Hoy por hoy, el pequeño del clan Palacios se esfuerza en realizar, en su propia bodega de Valdeorras, una nueva interpretación de la Godello de más altura. Su finalidad, según sus propias palabras es “hacer el primer gran blanco de pago” en España
Este objetivo, a simple vista, podría parecer pretencioso, pero la trayectoria de Rafael Palacios, el trabajo constante sobre el que se sustentan todas sus creaciones, las excelentes críticas que están recibiendo sus monovarietales de Godello de Valdeorras y su genealogía aportan una nueva dimensión a esta afirmación.
Ligado desde su nacimiento al mundo del vino, hijo de José Palacios Remondo, fundador en 1948 de la bodega del mismo nombre adscrita a la D.O.Ca. Rioja; hermano del laureado Álvaro Palacios, creador de ‘L’Ermita’ en Priorato, y tío de Ricardo Pérez Palacios, uno de los bodegueros más destacados de la D.O. Bierzo, Rafael comienza su formación en Francia, donde compagina sus estudios de Enología en Montagne-St. Emilion, en Burdeos, con prácticas durante la vendimia en Chateau Pétrus y Chateau Moulin du Cadet.
En esta época conoce a John Cassegrain, prestigioso enólogo australiano, y a principios de 1994 viaja a su país para trabajar en su bodega de Hastings River. Es entonces cuando descubre su atracción por la elaboración de vinos blancos. Tras unos meses con Cassegrain, continuó sus prácticas en Coonawara y South Australia. En estos meses profundiza en el apartado técnico de la elaboración de los vinos, tendencia enológica que caracteriza a las producciones australianas.
Regresa a España, a la bodega familiar de La Rioja
Este objetivo, a simple vista, podría parecer pretencioso, pero la trayectoria de Rafael Palacios, el trabajo constante sobre el que se sustentan todas sus creaciones, las excelentes críticas que están recibiendo sus monovarietales de Godello de Valdeorras y su genealogía aportan una nueva dimensión a esta afirmación.
Ligado desde su nacimiento al mundo del vino, hijo de José Palacios Remondo, fundador en 1948 de la bodega del mismo nombre adscrita a la D.O.Ca. Rioja; hermano del laureado Álvaro Palacios, creador de ‘L’Ermita’ en Priorato, y tío de Ricardo Pérez Palacios, uno de los bodegueros más destacados de la D.O. Bierzo, Rafael comienza su formación en Francia, donde compagina sus estudios de Enología en Montagne-St. Emilion, en Burdeos, con prácticas durante la vendimia en Chateau Pétrus y Chateau Moulin du Cadet.
En esta época conoce a John Cassegrain, prestigioso enólogo australiano, y a principios de 1994 viaja a su país para trabajar en su bodega de Hastings River. Es entonces cuando descubre su atracción por la elaboración de vinos blancos. Tras unos meses con Cassegrain, continuó sus prácticas en Coonawara y South Australia. En estos meses profundiza en el apartado técnico de la elaboración de los vinos, tendencia enológica que caracteriza a las producciones australianas.
Regresa a España, a la bodega familiar de La Rioja
Este vino permite a Rafael desarrollar ese potencial técnico aprendido en Australia, pero tras varias cosechas busca llegar más allá. “La tecnología está ahí para utilizarla, pero me di cuenta que sólo me permitía hacer blancos correctos, no blancos con personalidad”, explica el enólogo que entonces comienza a explorar la viticultura, el trabajo en el viñedo, para llegar más alto en la expresión de sus vinos.
En 2004 Rafael Palacios entiende que ha llegado el momento de volar en solitario, tiene la energía de la juventud y la templanza de la experiencia. Sus pasos se encaminan a Galicia, donde se encuentra el clima más atlántico de España, además de unos suelos muy ácidos, lo que marca su decisión de establecerse allí. Nace la Bodega Rafael Palacios.
La uva elegida fue la Godello, la denominación, Valdeorras y el terruño, el del Valle del Bibei, donde compra viejos viñedos. La orografía extrema y la baja producción de los suelos, de textura arenosa originada por la degradación natural de las rocas de granito, llevaron al casi total abandono de esta pequeña pero histórica comarca, cultivada mayoritariamente en bancales. Estas pequeñas parcelas fueron heredadas por estos viticultores a sorteo, ‘sorte’ en gallego.
Estamos hablando de viñedos ubicados en la parte más occidental de la región, fronterizos con la D.O. Ribeira Sacra, enclavados en una de las zonas más elevadas, a una altitud que oscila entre los 650 metros y los 720 metros, de suelos poco fértiles, ácidos y erosionables y con escasa profundidad.
Actualmente, Rafael Palacios dispone de 19 parcelas en propiedad. Su pequeño tamaño es otra de las principales características, ya que la más grande no supera una hectárea. “Prácticamente elaboro 19 vinos diferentes, vinos de pago, de terroir, con los que luego trabajo en diversos ensamblajes”, afirma el pequeño de la saga Palacios.
Durante estos tres años de esfuerzo, estudio y trabajo continuado, ha devuelto a estos viñedos a su viticultura histórica, eliminando por completo el uso de herbicidas y los tratamientos de síntesis. “Todos los bodegueros que queremos hacer grandes vinos estamos obligados a respetar la viticultura tradicional, aunque el cambio no debe ser radical sino que se debe de ir recuperando el terruño poco a poco. Necesito tiempo para comprender la viña, su comportamiento. Esto no es fácil, mi hermano tardó siete años en el Priorato y yo sólo llevo tres en Valdeorras”, explica Rafael.
En 2004 Rafael Palacios entiende que ha llegado el momento de volar en solitario, tiene la energía de la juventud y la templanza de la experiencia. Sus pasos se encaminan a Galicia, donde se encuentra el clima más atlántico de España, además de unos suelos muy ácidos, lo que marca su decisión de establecerse allí. Nace la Bodega Rafael Palacios.
La uva elegida fue la Godello, la denominación, Valdeorras y el terruño, el del Valle del Bibei, donde compra viejos viñedos. La orografía extrema y la baja producción de los suelos, de textura arenosa originada por la degradación natural de las rocas de granito, llevaron al casi total abandono de esta pequeña pero histórica comarca, cultivada mayoritariamente en bancales. Estas pequeñas parcelas fueron heredadas por estos viticultores a sorteo, ‘sorte’ en gallego.
Estamos hablando de viñedos ubicados en la parte más occidental de la región, fronterizos con la D.O. Ribeira Sacra, enclavados en una de las zonas más elevadas, a una altitud que oscila entre los 650 metros y los 720 metros, de suelos poco fértiles, ácidos y erosionables y con escasa profundidad.
Actualmente, Rafael Palacios dispone de 19 parcelas en propiedad. Su pequeño tamaño es otra de las principales características, ya que la más grande no supera una hectárea. “Prácticamente elaboro 19 vinos diferentes, vinos de pago, de terroir, con los que luego trabajo en diversos ensamblajes”, afirma el pequeño de la saga Palacios.
Durante estos tres años de esfuerzo, estudio y trabajo continuado, ha devuelto a estos viñedos a su viticultura histórica, eliminando por completo el uso de herbicidas y los tratamientos de síntesis. “Todos los bodegueros que queremos hacer grandes vinos estamos obligados a respetar la viticultura tradicional, aunque el cambio no debe ser radical sino que se debe de ir recuperando el terruño poco a poco. Necesito tiempo para comprender la viña, su comportamiento. Esto no es fácil, mi hermano tardó siete años en el Priorato y yo sólo llevo tres en Valdeorras”, explica Rafael.
Con estos cimientos, Rafael elabora por el momento dos vinos monovarietales de Godello: ‘As Sortes’ y ‘Louro do Bolo’. “Elegí la Godello porque es una variedad con mucho potencial, sobre todo en boca. Se escapa de los blancos, digamos clásicos, y recuerda más a los blancos de Borgoña elaborados con Chardonnay”, comenta el enólogo.
Así pues, ‘As Sortes’, la estrella de la casa, está elaborado a partir de las uvas procedentes de viñedo propio y viejo y su fermentación y crianza se realiza durante ocho meses en barricas de roble francés. Según su autor, “se trata de un vino de gran carácter que expresa el potencial de la zona, de él subrayo su fragancia, frescura y estructura. Podría decir que, con él, reinterpreto la Godello de Valdeorras”.
Por su parte, ‘Louro do Bolo’, cuya primera añada en el mercado es la de 2006, está elaborado con uvas propias y otras que compra a viticultores de la zona. Fermenta en acero inoxidable para después criarse en madera sobre lías, como su hermano mayor. “Utilizo esta técnica porque me parece un excelente medio físico para oxigenar el vino”, puntualiza Rafael que define esta elaboración como más sencilla que la utilizada para ‘As Sortes’.
Por último, Rafael Palacios se congratula de que por fin en España se estén haciendo blancos con la gran viticultura que se emplea para elaborar tintos, “sin embargo, todavía no hay un gran blanco de pago y en esta línea es en la que estoy trabajando, con la idea de ser reconocido como el mejor productor de este tipo de vinos blancos”.
Así pues, ‘As Sortes’, la estrella de la casa, está elaborado a partir de las uvas procedentes de viñedo propio y viejo y su fermentación y crianza se realiza durante ocho meses en barricas de roble francés. Según su autor, “se trata de un vino de gran carácter que expresa el potencial de la zona, de él subrayo su fragancia, frescura y estructura. Podría decir que, con él, reinterpreto la Godello de Valdeorras”.
Por su parte, ‘Louro do Bolo’, cuya primera añada en el mercado es la de 2006, está elaborado con uvas propias y otras que compra a viticultores de la zona. Fermenta en acero inoxidable para después criarse en madera sobre lías, como su hermano mayor. “Utilizo esta técnica porque me parece un excelente medio físico para oxigenar el vino”, puntualiza Rafael que define esta elaboración como más sencilla que la utilizada para ‘As Sortes’.
Por último, Rafael Palacios se congratula de que por fin en España se estén haciendo blancos con la gran viticultura que se emplea para elaborar tintos, “sin embargo, todavía no hay un gran blanco de pago y en esta línea es en la que estoy trabajando, con la idea de ser reconocido como el mejor productor de este tipo de vinos blancos”.
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