EMPEZAR TEMPRANO, TRABAJAR DURO Y NO DORMIRSE EN LOS LAURELES
Josep D’Anguera, el joven enólogo de la bodega ‘Joan D’Anguera’ (D.O. Montsant, Cataluña), apuesta por el campo y por la cultura del esfuerzo para perfeccionar su trabajo
Josep D’Anguera es un apasionado del viñedo, y cree que es desde el campo desde donde se empieza a hacer un buen o un mal vino. El amor y el respeto por la viticultura son una herencia familiar, transmitida de generación en generación. Él cuenta que fue su padre quien decidió empezar a embotellar el vino que elaboraban, demostrando una clara visión de futuro pero también un fuerte compromiso personal: “Su objetivo era darnos la opción de vivir del campo; así ha sido, y queremos que lo sea por mucho más tiempo”, dice.
El joven enólogo (30 años) se reparte con su hermano menor, Joan, las tareas de supervisión y gestión de la bodega. “Nos coordinamos muy bien, tenemos caracteres muy compatibles”, comenta. Los dos están considerados, por la prensa especializada, como grandes promesas de futuro de la vinicultura nacional; y figuran en las listas más selectas de los que serán responsables de afianzar el nuevo empuje del vino español.
D’Anguera prefiere ser modesto al comentar el reconocimiento de la crítica. “No creo que tan pocas bodegas puedan hacer, por sí solas, una tarea tan importante como esa”, dice. Su reto personal está mucho más a ras de suelo: “simplemente, la ilusión por llegar a hacer mejores vinos año tras año”. Pero reconoce y valora mucho la contribución de la nueva generación de bodegueros a la producción nacional. “Hay muchos más jóvenes profesionales y mejor preparados, muchas más maneras de entender la vitivinicultura, más opciones, más diversidad”, defiende.
Preguntado sobre qué hace falta para ser un buen enólogo, no se lo piensa dos veces antes de contestar contundentemente: “ser un buen viticultor”. Pero se muestra preocupado por la falta de reconocimiento hacia su profesión, y critica la decisión del gobierno de cerrar la Facultad de Enología de la Universidad de Tarragona. “Esta es la única universidad en España donde el título de enología es equiparable al del resto de las universidades en Europa”, explica. Y advierte que “esto será un paso atrás y no un paso adelante en lo que se refiere al vino español”.
Ya son siete las generaciones de la familia D’Anguera involucradas a fondo en el mundo del vino. La bodega familiar data de 1820, y desde entonces han cambiado muchas cosas. Siendo una productora de graneles, la bodega decidió invertir en el mercado del vino de calidad a principios de los años 80. Empezó elaborando vinos jóvenes, para posicionarse en los mercados e ir construyendo marca.
A finales de los 90, cuando la producción ya había madurado lo suficiente como para elaborar vinos de crianza, se lanzaron ‘La Planella’ y ‘Finca L’Argatà’. Más tarde se incorporó otra etiqueta: ‘El Bugader’. En las 35 hectáreas de viñedos propios dominan las variedades Syrah, Garnacha, Cabernet Sauvignon y Mazuelo.
Los vinos de la bodega ‘Joan D’Anguera’ están amparados por el Consejo Regulador de la D.O. Montsant. Esta denominación –una de las más recientes en España, vecina de la prestigiosa D.O.Ca. Priorato– ha conseguido, en su corta vida, renovarse completamente y posicionar sus vinos en algunas de las listas más prestigiosas del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario