Gerard Barbeau avanza que en un plazo de 30 a 60 años el cambio climático provocará un cambio varietal
El director de la Unidad de la Viña del INRA cree necesarias nuevas prácticas conjuntas en el suelo y la cepa para obtener calidad
El cambio climático es un factor determinante que va a afectar a los viñedos a corto, medio y largo plazo y que va a suponer la necesidad de un cambio varietal en un plazo de 30 a 60 años. Esta es una de las conclusiones aportadas por Gerard Barbeau, director de la Unidad de la viña y el Vino (INRA), en Angers.
Barbeau ha sido el encargado de abrir el programa de conferencias del VI Foro Mundial del Vino con una intervención sobre ‘La influencia de la cepa en la calidad del vino’ durante la primera jornada, centrada en el área de viticultura y legislación.
Barbeau abrió su intervención con una exposición de los factores determinantes en el proceso vitícola y la necesidad de intervenir en ellos para alcanzar una producción óptima ante las diferentes circunstancias. “La calidad del vino depende de la calidad de su materia prima, la uva, y de la producción del viñedo. Pero cada día más es necesaria la puesta en marcha de nuevas prácticas respetuosas con el Medio Ambiente”, ha explicado el investigador del INRA, según desvelan los estudios realizados por su instituto.
Tal y como ha expuesto Barbeau, el cambio climático está generando una maduración precoz y un aumento del vigor de la vid, que adelanta las fechas de la vendimia entre 10 y 20 días dependiendo de la variedad. “En el Valle del Loira está siendo favorable ya que, con la misma cantidad de agua, estamos consiguiendo mejores resultado por el aumento de temperaturas”, ha explicado.
El investigador francés ha augurado que las prácticas vitícolas sufrirán modificaciones a corto plazo (10-20 años) y a medio plazo (20-30 años) se tendrán que modificar las tácticas de riego.
El resultado de los estudios realizados por el INRA muestran cómo el productor se adapta a las particularidades de su tierra, más o menos hídrica; y al clima del año en la zona. Dichos productores se esfuerzan en controlar el vigor de la vid y el rendimiento de la misma, para lograr mejor calidad en la vendimia, por lo tanto en el vino, y para mejorar la rentabilidad económica
El director de la Unidad de la Viña del INRA cree necesarias nuevas prácticas conjuntas en el suelo y la cepa para obtener calidad
El cambio climático es un factor determinante que va a afectar a los viñedos a corto, medio y largo plazo y que va a suponer la necesidad de un cambio varietal en un plazo de 30 a 60 años. Esta es una de las conclusiones aportadas por Gerard Barbeau, director de la Unidad de la viña y el Vino (INRA), en Angers.
Barbeau ha sido el encargado de abrir el programa de conferencias del VI Foro Mundial del Vino con una intervención sobre ‘La influencia de la cepa en la calidad del vino’ durante la primera jornada, centrada en el área de viticultura y legislación.
Barbeau abrió su intervención con una exposición de los factores determinantes en el proceso vitícola y la necesidad de intervenir en ellos para alcanzar una producción óptima ante las diferentes circunstancias. “La calidad del vino depende de la calidad de su materia prima, la uva, y de la producción del viñedo. Pero cada día más es necesaria la puesta en marcha de nuevas prácticas respetuosas con el Medio Ambiente”, ha explicado el investigador del INRA, según desvelan los estudios realizados por su instituto.
Tal y como ha expuesto Barbeau, el cambio climático está generando una maduración precoz y un aumento del vigor de la vid, que adelanta las fechas de la vendimia entre 10 y 20 días dependiendo de la variedad. “En el Valle del Loira está siendo favorable ya que, con la misma cantidad de agua, estamos consiguiendo mejores resultado por el aumento de temperaturas”, ha explicado.
El investigador francés ha augurado que las prácticas vitícolas sufrirán modificaciones a corto plazo (10-20 años) y a medio plazo (20-30 años) se tendrán que modificar las tácticas de riego.
El resultado de los estudios realizados por el INRA muestran cómo el productor se adapta a las particularidades de su tierra, más o menos hídrica; y al clima del año en la zona. Dichos productores se esfuerzan en controlar el vigor de la vid y el rendimiento de la misma, para lograr mejor calidad en la vendimia, por lo tanto en el vino, y para mejorar la rentabilidad económica
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